Te entregué mi ingenuidad, mi sonrisa, mi alegría, todo lo que tenía. Hice mio tu dolor,tus problemas,tus errores, tus caprichos y ambiciones. Lloré por ti, sufrí por ti, me dediqué a ti; soné tus sueños tanto así, que estuve a punto de tocarlos. Te confesé que esto podría acabar pero no terminar,y ... Me equivoqué tanto, hoy solo me queda el cariño, la costumbre, el recuerdo, nada más.